El hongo negro de Chernóbil que desafía las reglas de la biología
Se aprovecha de la radiación para crecer y reproducirse. Algo que no se había visto hasta ahora.
Juan Scaliter, 07.12.2025 12:55
En las ruinas del reactor número 4 de Chernóbil (uno de los lugares más radiactivos de la Tierra) algo inesperado prospera: un hongo negro que no solo sobrevive, sino que parece alimentarse de la radiación. Se trata de Cladosporium sphaerospermum, una de las decenas de especies fúngicas encontradas en la zona de exclusión, que empezó a llamar la atención de los científicos por su sorprendente adaptación. Desde los años noventa, investigaciones lideradas por la microbióloga Nelli Zhdanova identificaron más de 37 especies de hongos en el interior del reactor (muchas de ellas negras, cargadas de melanina) pero ninguna causó tanto revuelo como C. sphaerospermum. Lo extraordinario no es solo que sobreviva: esto también es cierto de otras especies resistentes. Lo que fascina es que su crecimiento se acelera cuando está expuesto a radiación ionizante, y que sus hifas parecen orientarse hacia la fuente radiactiva, como si la radiación fuera su alimento. Científicos han descrito este comportamiento como radiotropismo. Más allá de la resistencia, algunos investigadores proponen una hipótesis audaz: que estos hongos están usando la radiación como fuente de energía, en un proceso similar a la fotosíntesis. A este proceso lo han bautizado como radiosíntesis. En lugar de absorber la luz del sol mediante clorofila, estos hongos usarían la melanina (el pigmento que les da su color) para captar radiación ionizante (rayos gamma, partículas) y convertirla en energía.
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