Una terapia génica convierte la cicatriz de un infarto en músculo cardíaco
El ensayo, en ratas, elimina las secuelas y recupera la función del corazón
El infarto de miocardio se produce cuando una parte del músculo cardíaco se queda sin riego. Y su peor secuela es que la zona afectada se convierte en cicatriz: un tejido rígido sin capacidad de latir con el resto del órgano. Pero este efecto puede revertirse –al menos en animales de laboratorio- con una terapia con tres genes, según publican investigadores de EE UU (Weill Cornell Medical College, Baylos College of Medicine y Stony Brook University Medical Center) en la revista de la Asociación Americana de Cardiología (Journal of the American Heart Association).
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